Cuando se utiliza el sindicato para progresar y luego dime que te debo.

¿Qué pensaría Vd. si le dijeran que un Delegado sindical llamado Garrido, de profesión TMA, ha saltado en poco tiempo de los hangares de La Muñoza, al CIM (Centro de Instrucción de Mantenimiento) de la ZI de Barajas, y de allí a la Subdirección de Aeropuertos Nacionales de Iberia?. Si Vd. es trabajador de Iberia, y no ha conseguido que le trasladen de un lugar a otro, pese a sus numerosas solicitudes, pensaría que el “compañero Garrido” ha tenido suerte. Lo que nos indican las fuentes consultadas por AD, es que “con un buen enchufe en RRHH de la compañía, y siendo Delegado sindical de UGT, el escalafón poco importa”.

No siendo demasiado malévolo, la conclusión es sencilla: Para conseguir cualquier mejora dentro de esa compañía, estar afiliado a uno de los sindicatos “oficialistas”, son puntos a favor para la consecución de este objetivo, sin ceñirse exclusivamente a criterios profesionales, de antigüedad, de méritos, en la propia compañía. Es el curioso caso de cuando el sindicato y la empresa coinciden en sus objetivos, mantener un status quo, que impida que elementos “subversivos” hagan su aparición, y cambien las cosas, o simplemente hagan su labor sindical sin los “favores” de la compañía como contrapartida.

Ayer durante el almuerzo hablaba con alguien de este asunto. Resulta que la cuestión del presidente de la CEOE, Sr. Díaz Ferrán, no está clara juridicamente tras su imputación por el Juzgado nº35 de Madrid, por una serie de delitos, que probablemente, y tiempo al tiempo. terminen en la Audiencia Nacional. Mi interlocutor me decía “en la época de la transición, ningún sindicato decente, admitiría como interlocutor a un Sr. como este. Con gravísimas imputaciones, con salarios adeudados durante meses a los trabajadores, etc, etc… En aquella época, un sindicalista que se acercara mínimamente a hablar con un personaje de esa índole, sería considerado un “traidor sindical”, un vendido.”

Que las cosas han cambiado resulta evidente. Que la imagen de los sindicatos, antes denominados “de clase”, en un desayuno en Moncloa, con un empresario de estas particulares características, son “porno duro sindical”, y que aquí no pase nada, nadie alce la voz y diga, esa imagen es obscena, pero que muy obscena, está indicando que las cosas, evidentemente ya no son como eran.

En numerosas ocasiones, en innumerables diría yo, cuando alguien dentro de AENA o Iberia, quiere obtener algo, necesita un carnet. Si un trabajador es simplemente un profesional, que procura hacer con su mejor saber y entender su ocupación, y no tiene padrino sindical o sindicato que le ampare, estará limitado en todas y cada una de sus aspiraciones. En mi pueblo, eso es una forma de “mordida” institucionalizada. Interlocutores “amarillos” sometidos al poder que ya forman parte de éste. La revolución del sector aeronáutico es una revolución pendiente en España, hoy más que nunca. Esa revolución ha de ser profesional y no sindical.

Fuente: Aviación Digital

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