Mareas verdes, rojas, amarillas, negras y ultravioletas. Cada una de ellas luchando por uno de los muchos derechos que el capital trata de robar para capear su crisis: Sanidad, Enseñanza, Pensiones, Trabajo Digno… Luchando, pero por separado. Como si cada pelea fuese por un derecho diferente, que afecta a grupos diferentes de gente diferente…

Sin embargo, todas las luchas son la misma. Todos los derechos que el capital trata de arrebatarnos son el mismo. Todos los frentes, todas las plataformas, todas las mareas son una: la lucha en torno al precio de la fuerza de trabajo.

Porque, ¿qué es el desempleo sino fuerza de trabajo sin salario ni precio? ¿Qué es la reforma laboral sino la reducción drástica del precio de la fuerza de trabajo? ¿Qué son los despidos libres y arbitrarios que dejan sin sustento a centenares de miles de familias?

Salario directo, combate por el precio directo de la fuerza de trabajo.

¿Qué es la Sanidad sino salario indirecto, sino parte del precio de la fuerza de trabajo que se cobra en atenciones médicas? ¿Qué es la Enseñanza? También: Salario indirecto. Los transportes públicos, las ayudas a la dependencia, el subsidio de desempleo, la formación laboral…

Salario indirecto. Precio indirecto de la fuerza de trabajo.

¿Qué son las pensiones? Salario diferido, salario que se cobra cuando se han alcanzado los límites físicos del trabajo. Las pensiones son, también, parte del precio de la fuerza de trabajo que se acuerda cobrar al final de la vida laboral.

Salario diferido. Precio diferido de la fuerza de trabajo.

Todo, pues, es lo mismo. Todo es salario. Todo es precio de la fuerza de trabajo, nuestro pecio. Y todas nuestras luchas como Ciudadanía agredida giran alrededor del precio de la fuerza de trabajo, ya sea directo, indirecto o diferido.

El capital y sus medios de manipulación juegan a confundirnos, y a veces nos dejamos: Luchamos en trincheras separadas cuando, en realidad, todas las luchas son una misma: La Lucha de Clases, de las Clases Populares contra las oligarquías bancarias y especulativas, contra la clase capitalista por un precio digno de nuestra fuerza de trabajo.

Podemos pintar la pelea de mil colores, podemos seguir en trincheras diferentes pero hasta que no comprendamos que estamos en una misma pelea, no conseguiremos nuestros objetivos.

Actuemos en consecuencia: Acudamos todas y todos a la misma trinchera.

¡¡¡¡Unámonos!!!!!

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