Los proyectos aéreos low cost siempre tienen como base la extorsión de las condiciones de sus trabajadores.

Level, Norwegian, Eurowings, Wow Air, Boost… todos proyectos low cost de largo distancia, vuelos intercontinentales que van a reformular toda la industria del sector y reconfigurar el papel de los hubs en Europa a medio plazo.

Este nuevo modelo de negocio asestará un duro golpe a las condiciones económicas y laborales de los trabajadores presentes y futuros del sector aéreo y handling.

La estructura de costes  puede vertebrarse en tres partes: aviones, combustible y de personal. Las dos primeras son variables exógenas y no controlables por los operadores mientras que, los costes de personal, es la única variable que controlan de manera directa.

Tenemos la certeza que los trabajadores de aeropuertos, técnicos y TCP corremos el grave riesgo de perecer en esta nueva etapa.

Una industria con un peso específico importante en la economía española y que no deja de crecer. El actual momento geopolítico en el que estamos inmersos está favoreciendo el crecimiento del número de pasajeros y aeronaves en nuestros aeropuertos.

Cabría presuponer que no sólo el empleo sino la calidad del mismo y de nuestras condiciones deberían crecer y consolidarse al ritmo de los beneficios de las empresas que operan en el sector.

Quizás deberíamos echar una mirada al colectivo de estibadores: la unidad de acción es de momento, la clave de su éxito.

Y quizás tendríamos que empezar a pensar en: “ni un paso atrás” también en nuestras condiciones.

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