Los trabajadores estamos cansados de vividores, oportunistas portapapeles y liberados sindicales que han hecho de su función, un estilo de vida.

No se deberían engañar las cúpulas sindicales de los sindicatos mayoritarios: los sindicatos no solo están desprestigiados entre la derecha. También en la izquierda, en muchos sectores sociales e incluso entre buena parte de sus afiliados. Los trabajadores los consideran imprescindibles, y más con la crisis, pero cuestionan sus políticas y sobre todo a los liberados sindicales, a quienes califican de “vividores”“oportunistas” y “poco trabajadores”.

Han desaparecido los grandes polos industriales que empleaban a miles de trabajadores, las masas obreras han dado paso a los empleados dispersos y silenciosos y el discurso neoliberal se ha hecho hegemónico y ha fomentado el individualismo. En ese contexto, donde el trabajo ya no es el centro de la vida, a no ser que seas una persona muy concienciada, no te planteas tener sindicatos sino un Legálitas para, si te despiden, tener abogado gratis. El sindicato es usado para cuestiones individuales, para progresar en la empresa, para cambiar de departamento, recibir un regalo para tu bebé o tener acceso a viviendas de protección oficial. Esto ha ocurrido también en los aeropuertos.

La respuesta a todo esto la encontramos en muchos compañeros cuando dicen “es lo que hay”, “no se puede hacer nada” y un largo etc que todos conocemos. ¿Cuántos de esos trabajadores acuden a las asambleas? ¿Cuántos trabajadores están dispuestos a asumir riesgos en defensa de sus condiciones laborales? Pocos. Hay un sentimiento colectivo generalizado que piensa que dedicar parte de su tiempo a reunirse en una asamblea con otra gente no tiene valor de cambio. Falso. Estos días está trascendiendo que Iberia pretende aplicar después de la temporada de verano un ERE a una parte importante de la plantilla de tierra y vuelo. Y en muchos aeropuertos todavía existe la idea que “mamá Iberia vendrá a nuestro rescate y que en los próximos concursos de handling todo volverá a ser como antes”

Ante semejante barbarie, cabría preguntarse ¿qué papel estarían jugando CCOO y UGT máxime cuando ellos convocaron una huelga general contra la reforma laboral y estarían ahora avalando un nuevo ERE con nuevas condiciones mucho más perniciosas para los trabajadores?

Este es el momento en que la afiliación sindical debería ser más exigente con sus representantes porque está en juego el futuro de muchos puestos de trabajo y de las condiciones laborales actuales. Hay que dejar atrás ese individualismo casposo y rancio que otorga mayorías y que no obedecen a los intereses reales de todos nosotros. A nadie se le escapa que vivimos momentos complicados y que la crisis va a ser la excusa perfecta para reducir sueldos y plantillas pero no por eso vamos a quedarnos de brazos cruzados esperando a ver qué sucede.

Se habla de cambio de logo en el uniforme, en septiembre se inicia el proceso de presentación de ofertas para el nuevo concurso de handling, el convenio acaba a finales de este año, IAG estudia la posibilidad de comprar lo que resta de Vueling, Iberia Express vacía a su matriz, desconocemos los planes de IAG con respecto al handling, IAG estudia crear una nueva empresa de TMA´S de bajo coste.

Demasiados frentes y ninguna información.

“La cuestión no es responder las preguntas que ya conocemos porque ya conocemos las respuestas si no hacer nuevas preguntas que deberían obtener nuevas respuestas. Ese es el motor del cambio”.

Este es el momento de exigir información a vuestros representantes sindicales.

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